Mientras ellos siguieran su plan y se inscribieran en las batallas uno por uno, podrían maximizar sus beneficios y ganar suficiente valor de vida para canjear por materiales valiosos.
Sin embargo, en ese momento, sus pensamientos vacilaron. Ese joven no seguía ningún patrón lógico, y tal vez realmente tenía algún as bajo la manga. Si los dos participaban juntos, y algo salía mal, sería más fácil manejar la situación con dos personas que con solo una.
Pensando eso, Dominic volteó a mirar a Hipólito, quien, en ese momento, sentía como si su pulmón fueran a explotar de la rabia. Solo pensaba en inscribirse para la batalla, y su mayor deseo era poder desgarrar a ese joven con sus propias manos.
Al sentir la mirada de Dominic, Hipólito giró con rapidez hacia él. Hipólito iba a decir algo, pero antes de que pudiera, vio a Dominic asentir tranquilamente con la cabeza, como si ya estuviera de acuerdo.
Hipólito se quedó en shock, sin entender muy bien lo que acababa de pasar. Pensaba que tend