Después de todo, el talento de Fane era excepcional, incluso si lo colocaran en el Valle Interno, podría lograr un buen rendimiento. Perder la competencia ya sería un gran pecado, y si no protegían a Fane adecuadamente, la pena que ellos dos enfrentarían sería aún peor.
Al pensar en esto, el decano Domínguez no pudo evitar estremecerse, y miró a Baldomero a su lado. En ese momento, Baldomero también lo miró, y sus miradas se encontraron en el aire, ambos expresando su impotencia.
En ese momento, la voz de Xiomaro se elevó, aumentando su volumen, resonando en los oídos de todos:
—¡Demonios, ¿qué está haciendo?! ¡Ha sacado sus armas!
Esta frase hizo que todos se sobresaltaran, y sus miradas se centraron nuevamente en Fane. En ese momento, Fane había sacado una espada larga de color gris oscuro de la nave espiritual de mostaza y la sostenía firmemente en su mano.
A pesar de que había estrategias y métodos para obtener el fruto de Simurg azul de manera furtiva, Fane no necesitaba esos mét