Capítulo 15.

Decisiones.

La voz de Roxana resuena con shock y culpa a través de la línea telefónica desinfectada, contrastando con el ambiente aséptico de la habitación.

“Kaitlyn, no puede ser… Yo te dije que no hay vacantes, ¿recuerdas? Pero lo hice pensando en protegerte de la vergüenza del despido. Yo sé que tú no estás bien.”

“Lo sé, Roxana. Aprecio que quieras protegerme, pero la verdad es otra. Estoy mejor ahora, porque he visto la verdad,” responde Kaitlyn, su voz aún débil, pero con una firmeza de acero que desmiente su fragilidad física. “Escúchame, necesito que investigues una cosa: Fernando me drogó. Samantha me dio una limonada antes del accidente, justo para que perdiera el conocimiento. Necesito que investigues si Samantha tiene algún historial de problemas con otros empleadores. Necesito ayuda legal. No voy a dejar que me destruya.”

“Lo haré, Kaitlyn. Te lo juro. Voy a investigar todo. No te preocupes por ese desgraciado. Concéntrate en sanar,” promete Roxana, la