La clínica veterinaria con servicio de emergencia tenía esta área secreta, aquí un médico atendía casos como este en particular y cobraba honorarios elevados por cerrar la boca, aquí contaban con todo lo necesario para atender a heridos que no pueden ir a un hospital y explicar el porqué de sus heridas.
—Debimos llevar a Ivan a un hospital, decir que fue un atraco.
—¿Quieres explicar qué haces en Estados Unidos cuando eres buscado por secuestro?, que me vean contigo sería espléndido.
—Menos mal que quiere a Ivan como a un hijo —indicó Diego con sarcasmo.
—Aún debes aprender mucho de este trabajo, muchacho, todo en la vida tiene un precio, debemos estar dispuestos a pagarlo.
Diego se levantó del sofá donde estaba, sintiéndose asqueado.
—¿Dispuesto a pagar por qué? —exclamó Diego furioso—, ese hombre de allá, que está entre la vida y la muerte le entregó su vida a usted, ¿de que gozaba?, ah, ¿de atender al maniático de su hijo?, ¿de aguantarlo a usted?
—No tengo