Daniels recibió esa mañana en su oficina la visita de Viviana y después de un beso y un abrazo lleno de cariño la invito a sentar en el sofá
- ¿Como estas?- le pregunto en tono suave colocando su mano en su mejilla notando las profundas ojeras y esa mirada triste que ahora la acompañaba.
- Ya sabes, gracias a Dios la caída del otro día no tuvo consecuencias, Daniels gracias por estar allí acompañándome, tu y Alejandro.
- Por un tiempo fuimos nosotros tres, luego te enamoraste de Eduardo.-acoto
Ella suspiro profundo, por un instante se perdió en sus recuerdos, en esos bellos momentos cuando la vida y el amor le sonreia. Ahora solo podia pensar en que se habia equivocado, y que Eduardo no era el hombre del que debio enamorarse.
- Y todo vino en picada - apunto - no niego que