Capítulo 14: Los sentimientos nacientes.
Levantándose abruptamente, Lorenzo se colocaba una simple remera encima para salir de nuevo hacia la calle, iría por ella, la necesitaba y la llevaría consigo, ya sabía dónde encontrarla; ella estaba de huésped permanente en la casa de su querida amiga y asistente Rebecca, y no se quedaría con las ganas de volver a besarla, conduciendo su lujoso auto deportivo a gran velocidad, las luces de la ciudad parpadeaban como destellos fugaces ante su vista, y con una mano en el volante y la otra sosteniendo su botella de fino whisky, Lorenzo conducía hasta encontrarla, a su torpe y tímida violinista que lo obligaba a desearla como un loco.
Finalmente, y después de un breve momento, el apuesto hombre se estacionaba frente a la residencia Romano donde Rebecca estaba acogiendo a Victoria Bianchi junto a sus pequeños hijos, y sin esperar a ver si le abrían la puerta, Lorenzo brincaba la barda de aquella gran casa; lo había hecho antes cuando tuvo su accidente que lo obligó a huir y refugiarse con