Esa noche mi esposo no vino a dormir a casa, cuando desperté su sitio en nuestra cama estaba fria y vacia, me levante y entre en el cuarto de baño para asearme, volví al dormitorio, me vestí y me acerque a la cocina para tomarme una buena taza de cafe
— Buenos dias Renata — le dije
— Buenos días señora, ¿le apetece una taza de café y unos bollos recién hechos por mí? — pregunto
— Si gracias, Giuseppe ¿no ha venido esta mañana? – pregunte
— No señora, mi niño no ha venido ni lo he visto desde que se fue ayer — me dijo la mujer viendo en su rostro compasión
— Buenos días — escuchamos de pronto a mi esposo, cuando entró en la cocina
— ¿Dónde has pasado la noche? seguro que entre las piernas de alguna de tus amantes ¿verdad? — pregunte muy enfada, sentandose Giuseppe en una de las sillas que había a mi lado
— Flor de loto, no olvides que soy el jefe de los mafiosos y he pasado la noche con quien yo he querido, acostumbrate — me dijo
Levanté mi brazo para pegarle una bofetada en su cara, p