A veces el diablo acierta dos veces en la diana. Un claro ejemplo, y como sucede a menudo, es cuando dos personas que no deberían conocerse por el bien de muchos, se conocen. Eso paso justamente cuando el oficial Ezequiel Martínez y Derek Henderson (el hombre de confianza de Leone Bellini) se sentaron a platicar frente a frente.
— La primera pista a llegado— dijo Ezequiel Martínez, que vestía una chaqueta que le daba el aspecto de un tipo de una película de los años 50.
Derek enarcó las cejas, visiblemente extrañado.
— Le advierto que, si se trata de un truco, lo…
— No es ningún truco, señor Henderson – dijo con brusquedad el oficial — se de muy buena fuente que el fugitivo estuvo o está en Guadalajara.
— ¿Cómo lo sabe? – inquirió Derek
— Un desgraciado, dueño de uno de es