Capítulo XI: Culpa

Nicolás aceptó sus palabras; pero no sabía si era porque confiaba en ellas o porque no tenía otra opción. Entraron al taller y esperaron. No pasó mucho tiempo cuando Caeli regresó. Vestía la misma ropa floja para su cuerpo delgado. A diferencia de los zapatos, los cuales, eran más ligeros que los que usaba normalmente. No había dado un paso más de la puerta cuando Nicolás habló.

-Ve por la carreta.

Caeli se detuvo antes de regresar al interior. Nicolás se distrajo en el horno. Ignorando a Adair quién seguía sin moverse a un lado. De pronto, a lo lejos, se comenzó a escuchar un rechinido que poco a poco se iba acercando. Después, la puerta recibió un golpe y fue empujada. Una superficie de madera, soportada por una estructura metálica adherida a una llanta, se abrió paso a través del estrecho espacio en la puerta hecha perfectamente para su tamaño.

Caeli entró justo después - Vamos - la llanta se balanceaba hacía los lados, inestable, produciendo un ruido chirriante que se escuchaba de
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