El ramo de flores se oprimió entre Caeli y el mueble - Ten cuidado - Advirtió el chico, con temor a destruirlo.
-¿Qué importa? - dijo Adair - puedo traerte otro - se negó a soltarlo.
Sin embargo, Caeli dio un paso atrás. Sintiendo el movimiento, retrocedió y lo soltó. El chico llevó el ramo al otro lado de la habitación y cuidadosamente lo puso sobre la silla. Una punzada de celos molestó a Adair. Realmente intentó fulminar con la mirada a ese ramo de flores. Por un momento, se sintió menos importante que un manojo de hierba envuelta en papel. Cruzó los brazos y se reclinó hacía atrás, topando la espalda al mueble.
Después de acomodar las flores, Caeli se giró, enfrentándose a Adair. Se sostuvieron la mirada por un tiempo antes de que el chico comenzara a acercarse. Su vista lo recorrió por completo mientras