POV Jeremy.

Las primeras noticias en los portales económicos replicaban ya los informes de Elara. Los artículos con titulares mordaces hablaban de «proyectos inviables», «inversiones fantasmas» y «manipulación del mercado» por parte de Joseph Walton.

El teléfono de mi oficina no paraba de sonar: periodistas que buscaban confirmación y socios, tanto nuestros como ajenos, que intentaban entender la magnitud del terremoto.

Estaba exhausto, pero no por el trabajo. Era el peso de la decisión que había tomado. Destruir a mi propio padre y aniquilar el legado de los Walton era un trago muy amargo.

Aunque Joseph lo merecía por su crueldad y manipulación, una parte de mí, la que aún recordaba al padre que había admirado en su día, se sentía vacía. Había ganado la guerra, pero al precio de un coste emocional que apenas empezaba a procesar.

Elara entró en mi despacho con el rostro serio, pero con un atisbo de triunfo.

—Los Dubois están intentando contactar desesperadamente con Joseph —dijo. —Nue