88 - Tenía sus ojos.
Jazmín se encontraba sumergida en la montaña de papeles que ocupaba su escritorio en la oficina. Con su bebé, tranquilo y dormido en su carrito a un lado, intentaba concentrarse en su trabajo, aunque sus pensamientos a menudo se desviaban hacia su pequeño hijo y las responsabilidades que implicaba la maternidad.
La entrada de su asistente interrumpió su concentración, y levantó la mirada para ver quién había llegado.
— ¿Quién es? — preguntó Jazmín con curiosidad, ajustando la posición de su bebé en el carrito.
— Dice ser tu prima… Camila — respondió la asistente, asomando la cabeza por la puerta —. Dice que necesita hablar contigo con urgencia.
Jazmín frunció el ceño ligeramente, sorprendida por la visita inesperada de su prima, y aunque no confiaba en ella lo suficiente, aprobó su entrada.
— Está bien, déjala pasar — dijo, indicando con un gesto a la asistente que la dejara entrar.
Camila entró en la oficina con una expresión preocupada en el rostro.
— Hola Jazmín, lamento interrumpi