La pregunta tomó a Erick por sorpresa, su expresión pasando de la sorpresa a la cautela.
— No sé de qué estás hablando — respondió evasivamente —. No he visto a Julieta en mucho tiempo. Para Ser más específico; no la he visto desde la noche en el viñedo.
Leandro frunció el ceño, desconfiando de la respuesta de Erick.
— No me mientas — dijo con firmeza —. Ustedes son pareja desde… ya sabes. Sé que estás involucrado de alguna manera. Julieta ha desaparecido y necesito encontrarla.
Erick se tensó ante la acusación directa de Leandro, sus ojos parpadeando nerviosamente mientras buscaba una respuesta adecuada.
— Lo siento, Leandro, pero no puedo ayudarte — dijo finalmente —. Como te dije, no sé nada de Julieta, y está bastante claro, que ella no quiere nada conmigo ni yo con ella. ¿Por qué no me dices qué está pasando realmente?
Leandro hizo una mueca de disgusto.
— Bien que querías acercarte a mi esposa — escupió con sorna. Erick sonrió ante aquello.
— Admito que es una mujer herm