Capítulo 5

Los paparazzi que se encontraban en la salida vieron a Sebastián cargando a Lauren, inmediatamente empezaron a tomar fotos y en cuestión de minutos fue tendencia en redes sociales junto con otros sitios de información.

 

Al parecer el joven amo Sebastián Rivera decidió darle vuelta a la página, aquí evidentemente podemos ver que él se encuentra abrazado a una mujer que no es la supermodelo Mileydis Villavicencio, la modelo en decadencia ha sido abandonada por su antiguo amor, y el multimillonario director general mantiene relaciones apasionadas con una fémina desconocida.

 

El televisor modesto fue apagado con rabia, Mileydis estaba furiosa al ver que Sebastián le había dado la espalda en el momento que más lo necesitaba y le tomó coraje a la pobre Lauren que solamente era una víctima más de las circunstancias, se juró que se vengaría de la mujer que robó a la única probabilidad que tenía ahora de seguir manteniendo el estilo de vida que se acostumbró desde años atrás.

 

Señorita — Sebastián llegó al hospital — esta mujer necesita atención médica, fue agredida y creo que le han abierto la cabeza.

 

Joven amo Rivera — ella lo miró sorprendido — claro, por favor pase y coloque a la paciente en una camilla.

 

Una vez que Sebastián miró su celular se sorprendió por todas las notificaciones que tenía, varios mensajes por parte de familiares de Mileydis habían llegado y en cada uno de ellos lo maldecían. Él no entendía así que comenzó a investigar y fue en ese momento que se dió cuenta de que los paparazzi habían hecho de las suyas.

 

Por un demonio — él maldijo y golpeó la pared — no he salido de una para caer en otra, solo espero que este escándalo no perjudique a la empresa.

 

Al final decidió quedarse en el hospital e irse a primera hora al día siguiente, él espero noticias de Lauren y el doctor llegó minutos después.

 

La señora se encuentra bien — él sonrió — la vamos a dejar en observación por rutina más que todo y una vez que mejoré le daremos de alta.

 

Lauren fue puesta en un cuarto privado por petición de Sebastián, ella aún dormía y no era para menos ya que la golpiza, él estaba sentado en una esquina de la habitación mientras revisaba su celular leyendo todas las noticias de ambos escándalos, sus largas piernas estaban dobladas elegantemente y no se enfocaba en nada más que en el móvil.

 

No — Lauren habló dormida y empezó a sacudirse — no, suéltame Marcus. No quiero, entiende que no quiero — el cuerpo de Lauren se movía enérgicamente como si intentará quitarse a alguien de encima, sus manos trataban de apartar algo que simplemente no existía — déjame en paz, solo deseo el divorcio y nada más.

 

Sebastián al verla con tanta angustia se levantó tranquilamente y la tocó sin embargo al hacerlo fue agredido por Lauren que despertó asustada mientras recogía sus piernas con una gran desesperación, la línea de sangre se deslizó por su mejilla y ella se asustó enormemente.

 

Lo siento, no fue mi intención hacerlo — intentó tocarlo pero se detuvo — estaba teniendo una pesadilla y pensé que…

 

Que era tu esposo — él finalizó y limpió su mejilla — lo sé, pude escuchar mientras lo decías una tras otra vez, espera un momento que necesito comprobar algo — Sebastián tocó la frente de Lauren y luego la suya, fue en ese momento que comprobó que ella estaba con mucha fiebre — le diré a la enfermera que te dé algo de medicina, tienes temperatura y por eso tuviste pesadillas además tus mejillas parecen dos cerezas de tan rojas que están.

 

En el momento que Sebastián se iba a ir fue detenido por Lauren y sin la intención de lastimarla fue que apartó su brazo por instinto lo que hizo que ella se tambaleará y por poco se fuera directo al piso sin embargo fue detenida por el hombre que la miró muy asustado.

 

Sinceramente creo que te encanta meterte en problemas — él la puso en la camilla — recuerda que estás en un hospital porque te encuentras delicada, ¿Por qué me querías detener?

 

Era para decirle que le agradezco lo que hizo por mí — ella sonrió — soy consciente de que no nos llevamos bien pero decidió hacerlo por un motivo que desconozco.

 

Soy una persona decente, por eso fue que lo hice — él se mostró frío — en fin, no me sorprende que tengas ese pensamiento tan retrógrado, basta con ver lo que escogiste como esposo para saber que no eres muy inteligente a la hora de buscar pareja.

 

Marcus nunca me mostró esa faceta, si lo hubiera hecho jamás me hubiese casado con él — Lauren se defendió — así que no hable si no sabe.

 

¿No te la mostró o simplemente no la quisiste ver por estar idiotizada? Muchas veces ellos mandan banderas rojas e incluso de otros colores pero por estar pensando que es lo más maravilloso que te pudo haber pasado es que luego pasa lo que te pasó.

 

Al parecer ya usted decidió ser juez, jurado y verdugo — Lauren frunció sus labios — ¿Acaso nunca se equivocó con alguien joven amo Rivera?

 

Esas palabras hicieron que Sebastián se mantuviera callado, Lauren al verlo así tomó la decisión de que no sería prudente seguir hablando. Él se marchó al día siguiente y al llegar a la oficina de su padre para hablar sobre lo sucedido se sorprendió ya que el señor Rivera lo sabía.

 

Sabía muy bien que no me había equivocado al poner mis ojos en Lauren como tu esposa, quiero que ella sea la mujer con la cual te cases y una vez que lo hagas es que voy a darte el puesto que tanto ansias, la silla de CEO te va a estar esperando sin poner ninguna tranca en el camino.

 

¿De qué estás hablando? Yo no me quiero casar con esa mujer, te recuerdo que tengo una novia — Sebastián miró a su padre — no pienso hacerlo y es mi última palabra.

 

Es cierto que tienes una novia pero tal como miró ella te puso los cuernos con un hombre mayor y que aparte está casado — Sebastián bajó la cabeza — si piensas que voy a permitir que una persona con tan poca moral entre a formar parte de la familia estás muy equivocado, si deseas perdonarla y hacer una vida a su lado me parece perfecto pero desde ya te digo que no voy a apoyarte; tendrás que rascar tu espalda con tus propias uñas.

 

Sabes bien que no tengo miedo de comenzar de cero — Sebastián alzó la barbilla — tú mismo has dicho que soy el Midas del siglo 21 y puedo abrirme paso sin ninguna dificultad.

 

Es cierto, pero no creo que seas tan idiota para perdonar unos cuernos como los que te han puesto. Me encargué de criar a un hombre con todas las letras y te conozco lo suficiente como para saber que no le vas a perdonar a tu novia la infidelidad tan descarada que te hizo, valoras mucho la sinceridad y la lealtad algo que no está presente en Mileydis.

 

Sebastián simplemente se quedó callado ante las afirmaciones de su padre, no pensaba perdonar a su novia e incluso iba a terminar con ella el día anterior pero pasó eso; no obstante tampoco deseaba casarse con una mujer que no tenía ni un mes de conocer. Lauren salió del hospital, su alta había sido dada sin mayor demora y como no quería molestar a nadie fue que se salió de ese sitio; luego de ir al apartamento donde había sido agredida no le permitieron entrar e incluso sus maletas estaban en la entrada.

 

El hombre que la vino a buscar hizo un completo desastre en el piso y como puede imaginar no es conveniente que se quedé aquí — habló la casera — el dinero que me dió va a servir para pagar todo lo que ese individuo causó y aquí están todas sus cosas.

 

Lauren no quería discutir así que no tuvo más remedio que simplemente tomar sus cosas e irse a la oficina en esas fachas. Llegó a la empresa y en cuánto entró pudo escuchar las murmuraciones de todos los empleados referente a su éxito en la constructora.

 

Lo peor es que se enredó con el joven amo Rivera — habló una empleada — no sabía que él tenía esa clase de gustos, es decir, salía con la señorita Villavicencio y ahora de la noche a la mañana cambió de preferencias.

 

Deja de decir tonterías — otra empleada la regañó con voz baja — probablemente el joven amo Rivera se encontraba borracho, no hay otra explicación del motivo por el cuál iba a cambiar a una supermodelo por una marimacho como Lauren Adams.

 

La involucrada solamente ignoró a las dos mujeres de limpieza, subió hasta su oficina y se puso a trabajar en el proyecto del señor Brightman. Sebastián al entrar al sitio se sorprendió al ver a Lauren enfocada en su trabajo mientras tenía la cabeza vendada, los ojos azules de la mujer estaban clavados en su ordenador y no escuchó en el momento que su jefe entró.

 

Lauren — Sebastián se puso delante de la mujer — se supone que debes estar descansando en tu casa, no debiste venir aquí e incluso pudiste llamar a mi papá para que te fuera a recoger.

 

No es necesario joven amo Rivera — ella levantó sus ojos un poco — hay mucho trabajo que hacer y no puedo descansar, además me quedé sin apartamento por lo que no tengo algún sitio en el que descansar apropiadamente.

 

Sebastián no dijo nada más y simplemente dejó a Lauren que hiciera lo que se le viniera en gana, estaban trabajando cuando el señor Rivera entró y miró a su nueva empleada con la cabeza vendada; su preocupación fue evidente ya que la herida se miraba muy seria.

 

Lauren, hija me puedes decir qué demonios te pasó en la cabeza — él se acercó al escritorio de ella — ignoraba que te había pasado algo y tampoco Sebastián me dijo nada, solo me enteré de que ustedes dos salieron juntos anoche.

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