— Así que este es tu amante — miró a
Lauren — vaya que los sabes escoger, la pinta de vagabundo deja en evidencia
que no tiene donde caerse muerto más que el piso.
— Vaya, me sorprende que Lauren sea
una mujer tan inteligente teniendo una madre como usted — él rió
sarcásticamente — bueno, si ya dejo de soltar toda esa verborrea le sugiero que
se vaya porque ya la seguridad viene en camino a sacarla a patadas; si soy
amante de su hija o no eso no es su asunto y hasta donde recuerdo no tiene que
darle permiso para que este conmigo en todos los aspectos.
La seguridad llegó y sacaron a la madre de Lauren por la
fuerza, Sebastián al ver a la enferma se acercó para tocarle la frente.
— Tienes fiebre, probablemente es
por el estrés que te causa tu madre y créeme que te entiendo — él bebió café —
le avisaré a la enfermera para que te ponga algo y rebaje tu temperatura.
Sebastián llamó a la enfermera y le colocaron medicina que
hizo que Lauren se durmiera profundamente, ella se miraba tan frág