—ya despierta —dice Matthew en tono seco, yo gimo y no hago caso a las palabras de Matthew.
—no te lo diré dos veces Natale, te espero abajo en 20 minutos nos vamos de aquí —yo me levanto de golpe y abro los ojos como platos. —¿que? ¿adonde? —pregunto preocupada, no quiero irme así Leonardo nunca me encontrará. —nos vamos a New York, es riesgoso tenerte aquí.Yo negué con la cabeza asustada y petrificada, tenía la esperanza de que Leonardo viniera aquí y me encontrará pero ahora todas mis esperanzas se vienen abajo.