Anton y Yalens salieron de la propiedad para abordar un taxi llevaban sus gorras, y gafas de sol “¿Y ahora donde me llevas, cariño?” pregunto Anton de forma sarcástica a su esposa.
Yalens levanto sus hombros mientras abordaban el taxi y decia al conductor “¡Buongiorno, per favore, portateci al Monastero di Santa Chiara!”
Anton sintio su cuerpo tensarse ¿porque ese lugar?
“¡Quiero presentarte a alguien!” dijo Yalens sacándolo de sus pensamientos, el hombre estaba rígido como si fuera a un lugar de fusilamiento.
“¿Estas bien?” pregunto Yalens a Anton al descender del auto, lucia pálido sin color en su rostro y estaba tenso que solo pudo asentir levemente con su rostro.
“¿Seguro?” “¡Podemos comprar algunas viandas en aquella cafetería!” volvió a decir Yalens mientras tomaba la mano de Anton y lo arrastraba por la calle concurrida.
En la mente de Anton, solo pasaban preguntas, del porqué, como y quien estaba en ese preciso lugar, pero sería mucha casualidad si era la persona q