Sofía y Alessandro habían trabajado juntos en la fusión corporativa de gran envergadura durante semanas, pasando largas horas en la oficina. La tensión entre ellos era palpable, y ambos sentían una innegable atracción. Sin embargo, mantenían sus emociones a raya, enfocados en el éxito de la fusión y en sus respectivas posiciones dentro de la corporación multinacional.
Una noche, después de horas de trabajo agotador, Sofía se frotó los ojos y se estiró, intentando deshacerse de la rigidez que sentía en su cuerpo. Alessandro la miró, admirando la curva de su cuello y la suavidad de su piel morena. Se sintió abrumado por un deseo repentino e incontrolable, y Sofía notó el brillo en sus ojos.
—Creo que deberíamos tomar un descanso —dijo Alessandro, con una voz ronca y cargada de emoción.
Sofía asintió, y juntos abandonaron el amplio salón de juntas. Sin embargo, en lugar de regresar a su escritorio, Sofía siguió a Alessandro a su oficina. La habitación estaba iluminada solo por la débil l