—No quiero hablar del pasado.

Nicanor notó que Noa estaba disgustada. Luego observó con cautela a Alex, quien lo estaba mirando enojado. Sus ojos parecían echar fuego. Reaccionó y entendió que probablemente les había pasado algo desagradable. Si solo se trataba de una broma común, lo decía sin problema, pero si podía ofenderles, no debería hacerlo. Nicanor se frotó la cabeza, sintiéndose culpable, y dijo:

—Se me ocurre que aún tengo trabajo pendiente. Bolita, ¿podrías ayudarme a cuidarlo sobre una hora? Cuando termine mi trabajo, volveré.

Al escuchar esto, Noa le echó una mirada aguda y cuestionó:

—Pero, ¿no dijiste que ya pediste a otro que hiciera tu trabajo?

—Sí. Ya tengo sustituto. Pero hay un paciente que está en una situación especial. Acabo de recordarlo y tengo que examinarlo en persona. Si no, podría pasarle algo —dijo Nicanor fingiendo estar preocupado.

—¿En serio?

—¿No me crees? —Nicanor se tocó la frente como si estuviera decepcionado—. Pues ven conmigo y dejaré una enferme