Capítulo561
En silencio, Sofía contaba los segundos que faltaban antes de que Noa estallara. Finalmente, cuando estaba a punto de llegar al diez, Noa dejó caer el tenedor. Este cayó sobre la mesa con un ligero sonido, no muy alto pero extremadamente intimidante. Alex y Simón se detuvieron al mismo tiempo y la miraron con cuidado.

Noa levantó la vista y sonrió.

—¿Estaban cansados de sostener los tenedores por tanto tiempo?

Alex y Simón no sabían qué decir.

—¿Por qué no dejan de comer por un momento y salen a descansar afuera? Puedo terminar de comer toda la comida de esta mesa, incluida la de mis platos, ¿les parece?

Fue entonces cuando ambos se dieron cuenta de que los platos frente a ella ya estaban llenos.

Alex miró sin expresión alguna a Simón, y Simón miró de nuevo a Alex. Después de un momento, ambos volvieron a mirar a Noa al mismo tiempo.

—Lo siento.

—Perdón.

Noa todavía estaba sonriendo, como si ya no pudiera enojarse por más cosas.

—¿Por qué se disculpan? ¿Por qué deberían disculparse? Us
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