—¿Una barbacoa?
El hombre frío y distinguido levantó la cabeza de los documentos, con una mirada de confusión.
Fernando le explicó brevemente en qué consistía una barbacoa y Alex frunció el ceño al escucharlo. Casi podía imaginar la escena llena de humo de aceite.
Fernando lo había seguido durante tantos años, ¿cómo no iba a saber lo que estaba pensando? Se rascó la cabeza incómodo y dijo:
—Al aire libre no debería ser demasiado sofocante. En el peor de los casos, el señor Hernández puede quedarse lejos.
Pero entonces Alex preguntó:
—¿Ella también irá?
Fernando asintió.
—Probablemente ella irá. Fue Alice quien envió personalmente a su agente para invitarnos. Parece haber alguna intención oculta detrás de todo esto.
Al escuchar esto, Alex apretó los labios y supuso lo que quería decir.
—Hmm.
—Entonces, señor Hernández, ¿qué deberíamos hacer?
—¿Qué pasa? Nos han invitado con tanta generosidad… ¿Es que quieres rechazarlo?
—No, no, ve a responderles de inmediato.
Después de que Fernando se