Filipo:

He trabajado durante toda mi vida, aunque mis padres se esforzaron por dármelo todo, siempre me gusto tener mis propios ingresos, pues siempre he tenido gustos bastante caros.

Durante muchos años trabaje en diferentes áreas, hasta que conocí el lugar a donde estoy trabajando actualmente, llevando alimentos de una ciudad a otras, conducir me agrada, parece un trabajo rutinario, pero la verdad es que todos los días me suceden diferentes cosas, conozco muchas personas, y también conozco diferentes ciudades y pueblos.

El miedo que tiene mi esposa Estela es que forme una familia con otra mujer, generalmente se piensa que los que trabajan como yo, viajando de una ciudad a otra, tienen “Un amor en cada puerto”, no puedo decir que no es verdad, la mayoría de mis compañeros si tienen amores en cada ciudad a la que visitan, pero en mi caso no funciona así.

Me case con Estela porque es una mujer hermosa, fue lo que me atrajo principalmente, aunque después de fijarme en su físico, me fije en la hermosa personalidad que tiene, y eso realmente fue lo que me atrapó ¿Cómo podría hacerle daño a una mujer tan dulce? ¡Jamás me lo perdonaría!, no pienso decir que nunca lo haré, solo que en mis planes no está hacerlo.

Durante estos cinco años casado con Estela, he intentado que no trabaje, para que cuide de los niños, pues no quiero que se esfuerce para nada, ¡Eso sí!, le doy todo lo que necesita, e intento complacerla en todo lo que me pide, daría mi vida por ella si fuera necesario.

Mi plan desde que me case con ella fue tratarla como una reina, y eso es lo que he hecho hasta ahora, estoy trabajando para comprarle una casa, el dinero que tengo ahorrado hasta ahora, lo tengo muy bien asegurado, Estela no sabe nada, pues quiero que sea una sorpresa, y mi madre sabe que existe un dinero, ese que he ahorrado por muchos años, pero no tiene idea de la ubicación del mismo.

¡Falta cada vez menos para la compra!, ahora solo falta encontrar un lugar de ensueños para ellos, un lugar que tenga todas las comodidades que ella necesita, y a la vez que mis hijos puedan correr y disfrutar, ¿Casa o apartamento?, ya pensare en algo.

"¡Espera Filipo!, siento un ruido extraño ¿Podemos bajar a ver qué sucede?" — Sergio, mi amigo, y copiloto en ese momento, interrumpe mis pensamientos alertándome sobre un posible problema.

"¿Un ruido? ¡Qué extraño no escuché nada!" — Respondo asombrado, me dirijo hacia la orilla de la autopista, es de noche, es un lugar solo, donde los autos pasan a máxima velocidad, así que debo tener cuidado. — "Déjame parar aquí a revisar."

"¿Lo ves?" — Dice Sergio apenas baja del camión.

"¿Qué sucede?" — Le pregunto

"Esta pinchada la llanta, ese era el ruido extraño. ¿Qué podemos hacer a esta hora?"

"Tengo la llanta de repuesto ¡No pasa nada!" — Digo, intentando calmar los ánimos de Sergio.

"¿Estás loco? ¿Cómo piensas cambiar una llanta en plena madrugada? Aquí los autos pasan a toda velocidad."

"¿Qué prefieres Sergio? ¿Cambiar la llanta o quedarnos aquí a esperar que otro camión ocasione un accidente? ¡De noche la mayoría conduce dormido! No quiero arriesgarme."

"¡Bien vamos a cambiar la llanta! Yo te ayudo."

Comenzamos a cambiar la llanta, justo al terminar me levante, y me dirigí hacia mi asiento, cuando estaba a punto de abrir la puerta, veo un auto, su luz me cegó y sentí un fuerte golpe.