Me tomé la poción para cortar la conexión, y rompí el lazo mental con ellos.
Empecé a esperar con un montón de ganas la vida en Ciudad Central.
Cuatro horas después, el avión aterrizó.
Mi mentora vino con los compas a recogerme.
Después de saber todo lo que yo había sufrido en mi casa, le dolía un montón por mí.
Además, por un accidente de coche que tuvo de chica, no podía tener hijos, y ya me trataba como si fuera de su propia sangre.
Por eso, después de instalarse con su pareja en Ciudad Central, a fuerzas quería traerme con ella.
Ella sabía todo lo que yo había sufrido.
Tanto en la Manada Garra Roja que me adoptó, como con mis papás biológicos.
Seguí a mi mentora para meterme de lleno a estudiar en la base médica de Ciudad Central.
Después de un buen rato, en un descanso cualquiera, abrí mis redes.
Vi un video de mi papá y mi mamá chillando, confesándole cosas a su hija biológica desaparecida:
—¡Lucia, mi hijita, tu papá y tu mamá la regamos! Te rogamos que vuelvas a la casa, afuera