Thea y Odette seguían rompiéndose la cabeza, preguntándose por qué Adeline parecía estar evitándolas.
—Odette… no creo que Adeline y Jason sean tan cercanos —dijo Thea, apoyando la barbilla en la mano.
—Yo pienso lo mismo —respondió Odette—. Sé perfectamente cómo ha actuado Adeline alrededor de él desde siempre.
—Además, en todo el tiempo que llevo conociéndola, nunca la he visto enamorarse o acercarse a ningún chico. Yo ya pasé por mil relaciones, y ella solo cambia de libro. De verdad no entiendo a tu hermana —continuó Odette.
—Creo que tengo una idea —dijo Thea con picardía, sonriendo mientras le compartía su plan. La sonrisa de Odette se amplió al instante.
Las dos se acercaron a Adeline, que estaba sentada en la cocina, para pedir permiso de salir de la casa. Adeline les dio el visto bueno.
Mientras tanto, Jason se dirigió al departamento de Willy.
Cuando Jason llegó, Willy seguía tirado en la cama, comiendo botanas y viendo caricaturas.
—Oye, ¿por qué no estás listo todavía? —ll