Pero en su rostro seguía teniendo esa expresión calmada, obediente y adorable de una pequeña princesa. Ella caminó hacia adelante sonriendo para consolar a su padre rey y madre reina.
—Sí, creo que mi hermana menor pronto reconocerá a nuestro padre rey y madre reina. Padre rey y madre reina, sólo tienen que esperar un poco más.
Sus palabras reconfortantes hicieron que el rey y la reina finalmente notaran a su hija mayor adoptada, la gran princesa.
—Dilia, tú siempre serás el hijo más querido de la madre reina.
La reina extendió sus brazos y abrazó a su princesa, mientras que afuera Laura escuchó que los ruidos se desvanecían gradualmente.
Luego se sentó en la cama, buscando su teléfono móvil. Había estado inconsciente por tanto tiempo y no había regresado, seguramente Manuel estaría muy preocupado.
Ella tenía que contactar a Manuel rápidamente para informarle que estaba bien, sin saber cuánto tiempo había pasado.
La habitación era muy grande. A Laura le tomó mucho tiempo encontrar su