Tres días después
Ahora si puedo decir que he recorrido todo París y que no he tenido momento en el que pensar sobre mi relación con Harding, después de todo, lo bueno de estar en un país donde tienes mucho que ver, es que no tienes tiempo de preocuparte por nimiedades. — Miley, despierta. — me dice Harding y yo me remuevo en mi cama.— ¿Qué pasa? Quiero dormir. — He llegado de la reunión, ya podemos ir a la torre Eiffel. — ¿Estabas en una reunión? — pregunto somnolienta — Sí, después de haber almorzado te avise que aprovecharía que querías dormir un poco para ir a una reunión— Que bueno. Hablemos en otro momento. — digo girándome para seguir durmiendo. — No, debemos ir a la torre Eiffel hoy. — No, te dije que no quiero