Capítulo 9: El extraño Andrews
Cuando Aurora abrió los ojos, se encontró con Andrews. Él estaba impasible, sin mostrar emoción alguna. Ella entró en pánico, pero no gritó; cayó sobre la silla, temblando de miedo por lo que él pudiera hacer.
Permaneció inmóvil, los dedos aún aferraban el teléfono contra su cuerpo, como si fuera un amuleto capaz de protegerla. Sin decir una palabra y sin explicación alguna, él se giró y se dirigió a la salida.
La silueta de Andrews desapareció por la puerta, pero el frío que dejó parecía impregnar el ambiente. La joven sintió las piernas débiles, pero no se atrevió a moverse de inmediato.
¿Volvería? ¿Qué haría? ¿Por qué se fue sin decir una sola palabra? Las preguntas hervían en su mente, pero ninguna respuesta se formaba.
Tragó saliva, respiró hondo e intentó recomponerse. Con las manos temblorosas, devolvió el teléfono a su lugar y se levantó despacio.
Necesitaba salir de allí antes de que Andrews cambiara de opinión. Pero al dar el primer paso, la