Capítulo 66: Una Mentira Conveniente
Aurora entró en el hospital a toda prisa, apenas pudiendo respirar. El pasillo blanco parecía extenderse infinitamente mientras trataba de encontrar su habitación.
Sus pensamientos eran un caos. Su corazón latía tan fuerte que parecía que iba a salirse del pecho. Rodrigo había dicho que Andrews estaba en estado grave. ¿Y si era demasiado tarde?
Pidió su nombre en la recepción, presentándose como su esposa, pero no hizo más preguntas. Simplemente corrió hacia la habitación.
Cuando finalmente entró, sintió el estómago dar un vuelco. Allí estaba él, recostado en la cama. Pálido.
Los mechones de su cabello oscuro caían sobre la frente. No había ningún aparato conectado a él. Ninguna señal vital aparente.
Por un momento, el miedo la dominó. Rodrigo no había dado detalles sobre su estado. ¿Y si…?
Aurora retrocedió tambaleándose, con los ojos vidriosos. Andrews no se movía y parecía ni siquiera respirar. Su piel estaba tan pálida…
—Es mi culpa… debería