Capítulo 140: Furia y Revelación
Andrews salió del cuarto con una expresión fría e imperturbable, pero por dentro, la rabia hervía como lava a punto de estallar.
Al cruzar el pasillo y entrar a la oficina, ya no pudo contenerse.
Con un movimiento brusco, pasó el brazo sobre la superficie del escritorio, lanzando todo al suelo: papeles, bolígrafos, el vaso de vidrio que se hizo mil pedazos, y los objetos decorativos.
El estruendo resonó por toda la casa, pero a él no le importó.
Respirando con dificultad, se dirigió al sillón de cuero, hundiéndose en él.
Cerrando los puños, cerró los ojos con fuerza, tratando de encontrar algún control dentro del caos que se instalaba en su mente.
—¿Cómo se atreve…? —murmuró para sí mismo, la voz cargada de ira y decepción—. ¿Cómo se atreve a ir a un motel con otro hombre… y encima usar mi dinero para dárselo?
Sus dientes rechinaban. Las venas del cuello se marcaban con fuerza.
Andrews pasó las manos por el rostro con brutalidad, como si pudiera arran