Catalina sintió esos labios dulces, eran suaves, no había nada de agresión ahí, pero el miedo vino abrupto a su corazón.
Lo empujó con fuerza, pero sintió como Luca la apretó contra su cuerpo, besándola con màs pasión.
Ella sintió mucho miedo.
Rasguñó el rostro de su marido. Luca sintió el dolor, se alejó de inmediato.
Catalina corrió lejos de ahí, se refugió en la cama, cubriéndose con una manta, muy asustada.
Los recuerdos vinieron a él, sintió escalofrío, sintió mucho miedo.
Pasaron por los menos varios minutos, hasta que Luca salió del baño.
Ella tembló asustada, Luca se sentó al borde de la cama, la mirò, ella estaba cubierta hasta los pies, solo mirándolo.
—¿Me tienes miedo? —exclamó Luca
Ella no dijo nada, ni siquiera pudo mirar su rostro.
Luca rio.
—¿Crees que te tocaré? —preguntó—. Nunca tocaré a una mujer que juró amarme, y luego fue a revolcarse con otro hombre, y me abandonó. ¿Por qué, Catalina? Yo estaba dispuesto a darte todo, si lo amabas a èl, ¿Por qué no tuviste el val