30. La verdad...

Capítulo 30. La verdad incompleta.

Días después...

Paula no había encontrado ninguna cinta más, Santiago no respondía sus llamadas. Ni sus mensajes. Pero ella ya no quería rogar por su ayuda. Ahora ella quería respuestas.

Fue entonces cuando decidió hacer algo que nunca pensó volvería a hacer: colarse en el asilo donde el fiscal Falcone vivía retirado. Después del anuncio de Santiago en aquel salón del hotel, el fiscal respondía que no quería verla cuando ella lograba comunicarse con el asilo, y era entendible, la prensa estaba ahí, afuera. Esperando igual que ella, poder hablar con el anciano.

Así que esa tarde, vestida con uniforme de enfermera, y con ayuda de una amiga que trabajaba en el lugar, entró por el ala de cuidados paliativos.

Falcone estaba en una habitación soleada, en su silla de ruedas, dormitando frente a un televisor apagado. Le pareció más viejo, casi frágil. Pero cuando Paula entró, sus ojos se abrieron de inmediato.

-- Señor Falcone… -- le dijo con voz temblorosa.
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