79. Llamada de mamá
Siento... el cuerpo entumecido, pesado y satisfecho, una palabra que ni por la cabeza me hubiera pasado usarla para referirme a un estado de mi cuerpo, pero no encuentro mejor manera de describir todo esto que siento.
Es como si estuviera flotando entre las nubes, siento cada extremidad tan pesada como el plomo, me es imposible moverme del colchón, pero al mismo tiempo siento cosquilleos que me hacen sentir que no peso nada, como una pluma.
De pronto percibo movimiento, en mi interior es como si dos cables intentarán hacer conexión y comienzan a soltar chispas, comienzo a deshacerme del lugar vacío de mi mente en donde me encontraba y vuelvo a la realidad poco a poco, percibiendo el sonido del ventilador de techo y... de pronto siento movimiento, calidez y una palma ardiente, me esfuerzo por abrir los ojos, hay una mano sobre mi pecho, lo masajea y aplasta.
Al ver esa mano cubierta de tinta un escalofrío me recorre el cuerpo y a pesar de a penas ir recobrando la conciencia mi sang