30. Persecución a distancia
— Déjame decirte que esto es acoso...
La voz de Alexis irrumpe en mi atormentada mente, en parte está bien, necesito ignorar estos pensamientos intrusivos que me están volviendo loco, estamos estacionados en un auto blanco con vidrios completamente polarizados esperando fuera de la cafetería que Dania salga de trabajar y seguirla, necesito saber si se va a reunir con ese idiota.
— Tú cállate... don me hago pasar por un ladrón. - suelta una carcajada, entró a robar a la casa de un político que le está dando problemas y comentó que no encontró nada en ese lugar más que a la solitaria esposa de ese hombre, hizo el comentario de que posiblemente la visite otro día... y me dice acosador a mí.
— Bueno tenía que proteger mi escandalosa y oscura identidad, además solo fue una vez
— Por ahora.- le respondo en lo que miro fijamente la puerta del local, están a punto de cerrar.
— ¿Y qué hay de ti? ¿Acaso ella ya sabe a lo que te dedicas?
— Ella no ha preguntado...- de solo pensar en eso me dan