El reloj me despierta para otro día de trabajo; ¡bienvenida sea la maravillosa mañana! Voy a mi armario, hoy el día merece un hermoso atuendo. Esta camisa gris de mangas, una falda lápiz negra, unos zapatos de tacón negros, ese collar que me dio el abuelo, llevaré un abrigo negro, ¡perfecto! Un cabello recogido en una coleta suelta, un maquillaje ligero y listo, tomar una taza de latte acompañada de mis galletas de avena.

¡Hmm, esto es demasiado bueno!

Al salir, me encuentro con Isa todavía en pijama.

"¡Buenos días, flor del día!"

Ie digo y noto que el día aún no ha llegado a los ojos de Isa.

"Buenos días, flor", me dice con toda la pereza del mundo.

"Creo que alguien aquí está retrasada."

"Oh... caramba... ¿qué hora es? Me confundí, pensé que era sábado... después de todo, ¿qué día es hoy?"

"Viernes y aún tenemos algunas horas de trabajo", respondo.

"Maldición, ¿vas en coche hoy?"

"Sí, y te espero (con una sonrisa comprensiva) ¿Y cómo fue ayer?", termino preguntando.

"Fue genial, como siempre, bailé mucho, conocí a mucha gente nueva, Dougue es un encanto, nunca me deja sola, obviamente eché de menos a Sheila y a ti. Pero hoy vamos a salir como habíamos planeado, ¿verdad?"

"Por supuesto, de alguna manera, realmente necesito salir de noche, la semana ha sido dura y tengo la adrenalina por las nubes, necesito deshacerme de ese exceso".

Entramos en el coche, sincronizo mi teléfono con la radio y, por supuesto, Christina Aguilera llena todos los espacios. ¡Qué día hermoso! Pienso mientras miro afuera y me encuentro con el increíble día que se estaba desarrollando.

El sol inunda la mañana, convirtiendo el cielo en un espléndido caleidoscopio de colores. ¿Cómo podría alguien ignorar esto? Pero, como siempre, estos detalles de estar viva y feliz no se me escapan.

"¡Esta canción es genial!", dice Isa mientras nos sumergimos en el tráfico de esa hora del día.

En medio del otoño, el cielo está tan azul, los rayos del sol juegan entre las nubes, reclamando el derecho de iluminar todo lo que me rodea.

Comienza a sonar "Bound to You", lo que me hace recordar amores que quedaron atrás. Ha pasado mucho tiempo desde que tuve una relación real. He tenido romances, compañía para cenar y bailar, no me ha faltado. Pero la pasión, la verdadera pasión, ya ha pasado algún tiempo. El último fue Carlos, pero lamentablemente tuve que terminarlo; era un mujeriego y un canalla. Si no lo hubiera descubierto de esa manera, podríamos estar juntos... ¿o no?

Mejor dejar esa historia. Me siento feliz, aunque no sé por qué. Pronto llegamos al estacionamiento del edificio, salimos y seguimos conversando mientras esperamos el ascensor. Yo trabajo en el duodécimo piso, Isa y Sheila en el último, el decimoquinto, ya que ambas son secretarias ejecutivas de la presidencia y yo soy analista financiera. Paso el día gestionando algunas cuentas de nuestra empresa, atendiendo a los accionistas minoritarios, algunos de los cuales requieren atención especial. Así es como paso mi día, ganando dinero para ellos mientras disfrutan de mi trabajo duro.

No sé qué esperar del día, las memorias del día anterior no me abandonan ni por un minuto. Quedo en encontrarme con Isa para almorzar, y con Sheila, para planear nuestra salida más tarde.

O dia avanza, después de mi almuerzo con mis amigas, pero no me atrevo a contarles las extrañas experiencias que he vivido.

No tengo ni idea de quién es el guapo del elevador, así que por ahora he decidido no mencionarlo a las chicas.

Al igual que Isa, Sheila Spencer, mi mejor amiga de toda la vida, es secretaria ejecutiva de la presidencia. Hemos sido amigas durante años, terminamos la escuela secundaria juntas, ingresamos a la misma universidad y, por supuesto, todas las locuras que hemos vivido hasta ahora han sido compartidas por Sheila y viceversa.

Ella es un poco más baja que yo, pero detiene el tráfico con su belleza y su cuerpo escultural, cabello rojo picado que llega hasta la mitad de su espalda, piel bronceada y unos ojos que parecen dos perlas negras cuando los ves de cerca. Siempre está elegantemente vestida y es la única del grupo que tiene una relación seria. Ha estado saliendo con Eduard Newman durante un tiempo y están planeando celebrar su unión muy pronto.

A pesar de que Isa llegó hace poco en comparación con mi amistad con Sheila, sentimos que siempre hemos estado juntas. Nuestra amistad se ha fortalecido día a día y ahora somos como los tres mosqueteros, "una para todas y todas para una", siempre juntas, pase lo que pase.

Además de nuestros almuerzos diarios, hacemos muchas otras cosas juntas fuera del trabajo.

¡Y vaya cosas!

Quedamos en vernos esta noche y, por supuesto, luego saldremos a bailar.

El día pasa sin mucho alboroto, estuve en la sala de café tomando mi té y, por supuesto, no vi al guapo del elevador. Además, fui mucho más temprano de lo habitual, así que no tuve señales de esos ojos esmeralda.

Por supuesto, lo extrañé, pero me faltaría valor para enfrentarlo después de lo que pasó ayer. Creo que sería perturbador mantener ese intercambio de miradas después de esa parada inesperada en el elevador. ¡Y qué parada fue esa!

Peor aún, pasé todo el día atormentada por ese "ayer". No recuerdo haber estado atrapada en una situación durante tanto tiempo. Cierro los ojos y puedo revivir cada detalle: sus manos sobre mi piel, su aroma, su fuerza envolviéndome, sus labios... Dios, esos labios. ¿Qué será de mí ahora?

El día finalmente llega a su fin, estamos en casa arreglándonos para salir. Dougue se comprometió a recogernos y Sheila, con su amorcito, estará esperándonos en la discoteca. El timbre suena y sabemos que es Dougue.

"Vamos, Isa, ya estamos casi sin tiempo", le grito desde la sala.

"¡Listo, aquí estoy!", viene ella saltando en un pie, tratando de arreglar su zapato.

Minutos después, estamos entrando en la discoteca, que por cierto está abarrotada y todavía con una cola en la entrada.

"¡La noche promete!" ... murmura Isa en mi oído.

Espero que sí, y quién sabe, si alguien que valga la pena aparece, ¡por qué no! Quizás ese "alguien" me ayude a olvidar un par de ojos que no se apartan de mi mente, pienso sin decir una palabra, solo sonrío en respuesta.