— Tenemos que sacarlo de ella. No puedo dejar que mi hija muera.
Mariana duda, su mente buscando una solución diferente. Sabía lo que Pedro estaba sugiriendo, pero había algo que la inquietaba.
— ¿Y si Sasha es la compañera destinada de Miguel? — intenta sugerir una alternativa. — Pasaría por el ritual y entonces…
— Sasha es una Luna Cimex — la interrumpe Pedro. — ¡No hay manera de que sea la compañera destinada de un Genuino Alfa! — responde, su voz cargada de desesperanza.
— Salgamos de aquí antes de que esos lycans despierten. — Mariana toma la mano de Pedro y ambos comienzan a moverse con rapidez.
Mientras recorren los pasillos oscuros, Pedro siente un peso aún mayor sobre sus hombros. Sabía que estaba arrastrando a Mariana a algo incluso más peligroso, y eso lo atormentaba.
— Lamento haberte involucrado en esto una vez más, Mariana — dice, con la culpa evidente en su voz. — Las brujas podrían verte como una traidora por haberme ayudado a salir de aquí. Y si descubren lo que hicis