— La Velut... comenzó a aullar por la pérdida del alfa — dice la hembra, su voz vacilando ligeramente bajo la mirada penetrante de Miguel. — Entonces entendimos que nuestro alfa fue derrotado en combate y que usted lo mató... Así que acordamos que debíamos poner fin al sufrimiento de la ex-Velut Luna...
Miguel gruñe, el sonido retumbando en las paredes del salón, silenciando a la Lunae al instante. El poder en su voz hace que todas las hembras presentes bajen la cabeza, incapaces de sostener la mirada furiosa del Genuino Alfa.
— Ella solo será ex Velut Luna cuando un nuevo alfa ascienda entre los betas — gruñe Miguel, su voz firme y cortante. — Hasta entonces, ella sigue siendo la Velut de esta manada, y ninguna de ustedes tiene derecho a tocarla.
Las hembras bajan aún más la cabeza, el miedo y la sumisión marcados en cada uno de sus movimientos. Saben que Miguel no lanza amenazas en vano. En los cincuenta años que lleva al mando como el nuevo Genuino, ha forjado su reputación. No dud