Capítulo 26.
Oleika apenas podía mantenerse de pie, un sentimiento desconocido la consumía por completo.
“¿Qué crees que haces?” pensaba ella desesperada, al mismo tiempo que caminaba en dirección donde se encontraba la pequeña niña “claro todo esto es efecto de la adrenalina seguramente, eso debe ser la adrenalina del momento” declaró para sí misma.
En ese momento, ella abre la puerta de una pequeña habitación y se encuentra con una imagen que le rompe el corazón.
En el lado derecho, en el piso se encuentra la pequeña niña, arrodillada con las manos en las piernas y la cabeza agachada, pose clara y específica de los esclavos que están esperando la aceptación de su nuevo amo, mostrando rendición, obediencia y lealtad.
“¿Cuánto había tenido que sufrir esta pequeña niña para saber cada uno de los pasos que tenía que llevarse a cabo?”
— Hola— susurró Oleika de forma tranquila para no asustarla.
La niña guardó silencio.
Oleika caminó hasta que se encontró frente a ella, quedando su altura.
—Tranquila