Capítulo 224.
A un costado de Clara se encontraba el Alfa Emilio, inmovilizado y con un sangrado constante y lleno de moretones.
Ella no sabía que se trataba de un hechizo de inmovilización y ralentización de tiempo, pero verlo lleno de sangre y heridas era horrible.
— ¿Qué le hiciste?— cuestiona ella al mismo tiempo que trata de enfocar cuál es la fuente del rostro de dolor perpetuo de Emilio pero entre tantas heridas no sabía identificar la fuente.
— Que no le hice— Corrige Franco orgulloso hinchando su pecho— aquí en este lugar, que ha sido un santuario al sufrimiento, considero que va a ser poético que sea el mismo lugar en el que mi padre y tú encontrarán la muerte cobijados por ese mismo dolor.
— No pienso rendirme —declara la princesa al mismo tiempo que reta a su hermano con la mirada, sus fosas nasales se amplían, sus ojos se agudizan y sus sentidos completos se encuentran despiertos ante cualquier cambio.
— Ese es tu error— dice el príncipe — pensar que tienes otra opción que no sea la m