Los minutos pasaban y ambas permanecían en completo silencio…

— Después de todo esto— dice Oleika— ¿cómo lo ves?

Luisa abre los ojos impresionada por la pregunta.

— Porque yo no puedo acceder al conocimiento de la criatura ancestral, entre nosotras quien sabe de magia eres tu...- Los ojos grises con motas doradas de Oleika se concentran en Luisa.

— Si todo es como lo mencionas— dice la rubia queriendo abrir de forma física su cerebro, al tallarse las cienes— hay muchas posibilidades… y pensando en la negativa de la Diosa, puede que seas excluida en la protección de ambos linajes, que no tengas en cual protegerte en caso de debilidad, ni los ermitaños o desertores que son criaturas salvajes quedan fuera de la divinidad de sus dioses— Luisa suspira queriendo recordar alguna manera de evitarlo o solucionarlo— ellos podrían hasta solicitar tu sacrificio.

— ¿Sacrificio de qué?— Oleika entre tantas dudas su mente no parecía funcionar de forma correcta.

El cuerpo de ambas y se tensa ante la