El tiempo parecía haberse detenido, aunque solo para Oleika.

De forma inmediata, justo después de escuchar el sonido desgarrador de las cadenas rompiendo sus eslabones al ceder a la inmensa fuerza de Alfa líder Malcolm.

Tanto Nando como Patrick se volvieron lobos y corrieron, corrieron tan rápido que incluso Oleika sintió que sería muy difícil que los capturaran.

Un lobo que ella identificó como Gerardo, porque no tenía una de sus orejas, era de los más rápidos que estaban a la búsqueda de su presa.

El aire se sentía pesado y los pinos parecían cada vez más espesos, disminuyendo la probabilidad de escape de los esclavos.

Los lobos cazadores, tenían una estrategia, comenzaron a rodear a los esclavos hasta que los hicieron ponerse juntos para defenderse entre ellos.

No tenían escapatoria y aun así, Oleika sentía que el corazón estaba interrumpiendo el aire que pasaba por su garganta.

Los lobos cazadores se movían de un lado a otro, gruñendo, amenazando, tirando zarpazos y los dos guerre