Oleika abrió los ojos desesperada para encontrarse recostada en la cama en su habitación.

— Pero ¿qué sucede?— pregunta al mismo tiempo que comienza a buscar a su loba en medio de su cabeza. — No la siento— susurró desesperada, al saber que tal vez se había bloqueado de nuevo.

— Tranquila cariño, tranquila todo está bien— declaró Enzo en el cuerpo de Malcolm al mismo tiempo que la tomaba sus manos.

Él había estado esperándola con paciencia y tortura en igual medida.

— Malcolm —dice Oleika sorprendida y al enfocar su rostro un escalofrío le recorre en la espalda.

Su instinto le avisaba que algo no estaba bien.

— Finalmente despiertas — declara él con su voz profunda y sensual.

En ese instante la puerta de la habitación se abre dándole paso a Luisa.

— Gracias la madre naturaleza que tú estás bien — declaró ella al mismo tiempo que se sentaba a un lado de Oleika y comenzaba a revisar sus pupilas, su rostro, su pulso.

— ¿Qué sucede? — dijo Oleika sin comprender realmente cuál era e