— Señor, que piensa hacer? — Fue la pregunta de Albert deshaciendo el silencio que se había formado en el lugar.
— Cuida de Edie. Dile a Boris que no permita que salga de la mansión. — Con la voz raspada Eric sabía que debía aceptar lo que Jack solicitaba sin resistirse.
— Qué pasará con usted? Llevará a los demás?
— No, no pondré en peligro a mi familia. Vuelve a la mansión y cumple mi orden.
— Señor! ¡No lo dejaré solo!
— Albert! Cumple con mi orden! Edie y mis pequeños deben de estar a salvo, aunque eso implique entregarme.
— Señor, sabe que morirá si va solo.
— De algo hay que morir, no? Mi vida tendrá valor si salvo a los que amo.
— Sabe que el señor Edie no se detendrá!
— Les ordeno que no permitan que dé un paso fuera de la mansión!
— Señor...
— Las llaves.
— No! Llamaré a Boris!
— Basta! Maldita sea! Las llaves! — Levanta la voz Eric extendiendo la mano abierta para que Albert le entregara las llaves del auto. — Por favor, cuida de los míos.
Eric tomando las llaves en sus mano