CHIARA :
Cuándo termino mi desayuno me doy cuenta de algo un poco raro... Y es que Damián no despega los ojos de Layla, aunque trate de evitarlo.
– Layla cariño, necesito hablar algo en privado con Damián ¿Podrías dejarnos a solas?
– Claro que sí tía, nos vemos al rato.
Dice marchandose con una sonrisa.
Me acerco a Damián en modo chimes.
¿– Por qué miras tanto a la niña? Acaso ¿Es tu hija?
Damián me mira con el ceño fruncido.
¿– Estás loca? ¿Cómo puede ser mi hija?
Dice arrugado la frente.
Alzo las cejas.
¿– Entonces?
– Nada Chiara, no seas entremetida.
– Si no me cuentas, le diré a Asher que te quedas mirándo a su linda y hermosa sobrinita como un pervertido.
Hablo sin dejar de mirarlo para que vea que no miento.
– Hay eres peor que una piedra en el culo.
Dice suspirando.
¿– Entonces?
Vuelvo a preguntar insistente.
Damián suspira nuevamente y pasa la mano por su pelo frustrado.
– Es mi alma gemela.
Dice bajito y abro los ojos.
¿– Una niña?
Pregunto sorprendida.
– No es raro encontrar