CAPÍTULO 30: PEDIDO DE AYUDA INESPERADO
Savannah
Regreso a casa sintiéndome como si estuviera hecha pedazos. Mis pensamientos están llenos de todo lo que sucedió en el tribunal, del odio en la mirada de Logan, y de las palabras del abogado sobre esa supuesta cláusula. Intento calmarme mientras cierro la puerta tras de mí, pero la furia y el desconcierto se imponen. Voy directo al despacho de mi padre, que ya se encuentra ahí, revisando unos documentos con total tranquilidad, como si nada de lo que acabamos de hacer hubiera tenido consecuencias.
—Necesito una explicación —le digo sin rodeos.
Él levanta la vista, sin inmutarse.
—¿Una explicación de qué, Savannah? Todo salió perfecto, exactamente como planeé.
Me acerco, tratando de contener la rabia que se acumula en mi pecho.
—¿Por qué no me dijiste nada sobre la cláusula de infidelidad? —le espeto—. Tenía derecho a saberlo. ¿Por qué jugaste esa carta sin decirme nada?
Él se reclina en su silla, con una sonrisa despreocupada, como si mi