Eredi
Eredi
Por: Maya Briceño
PRÓLOGO

                                                                                Viernes 08, Noviembre, 2019.

                                                                                                   Mansión De Luca.

— Hola, señorita Río... ¿Podemos hablar? A solas, claro...

— Joven, no creo que sea un buen momento... Tengo que terminar de ordenar esto y...

El joven hombre la toma de la mano mirando a ambos lados antes de entrar al cuarto de servicio y cerrar con seguro, la morena sonrojada y nerviosa miraba los azulados ojos del joven, él sonriendo era suficiente para hacer latir su pobre corazón.

— Joven...

— Di mi nombre, Bar

— Milán...

Sonriendo se acerca a la chica para besarle con pasión y lentitud saboreando el sabor de sus labios a fresas y chocolate, ella le seguía el ritmo con timidez, no podían negarse la atracción y deseo que se tenían cada vez que se miraban pasar por los pasillos de las mansión; el castaño la toma de las caderas y la sube a un estante sin dejar de besarle deseando probar algo mas que solo sus labios.

...

Sus cuerpos se movían al compás de sus respiraciones agitadas, unidos en cuerpo y alma lo hacían en aquel cuarto de servicio,  aquella chica que gemía complacida por las embestidas del joven hombre, era una simple sirvienta de hermoso cabello negro, ojos oscuros y piel morena, sus piernas enredadas a la cadera del chico indicaba que pronto llegaría al clímax, él gruñía a punto de correrse dentro de ella.

— Te amo, Barbara...

...

— Adelante... — dijo una voz gruesa, la morena abre la puerta y entra tímidamente,  rezando para que no la despidieran, tras trabajar 2 años en esa mansión, nunca fue llamada por el hombre mayor,  el cual es su jefe. — ¿Desea algo?, Señor De Luca.

— Qué prepares tus cosas y te largue de la mansión... — dice con seriedad el hombre, su esposa se encontraba parada destras de la silla donde se encontraba sentado el viejo hombre  — ¿En serio te crees que soy estúpido como para no saber que le abriste las piernas a mi nieto como una puta?... De verdad me das asco, Bárbara Río. Solo eres una cualquiera, ahora quiero que te largues de mi mansión ahora mismo...

Aquello le cayó como balde de agua fría,  2 años trabajando para poder pagar sus estudios y la renta de su pequeño apartamento para luego echar todo su esfuerzo a la basura.

— Ni creas que nuestra familia se hará cargo del mocoso de un polvo de solo un rato.

Con un nudo en la garganta asiente con la cabeza baja sin soltar ninguna lagrima y se retira a recoger sus pertenencias.

Si tan sólo no se hubiera acostado con el nieto del jefe,  todo aquello no estuviera pasándole, el chico había desaparecido unas horas después de su encuentro diciéndole que la amaba, desde hace dos semanas que no lo volvió a ver pasar por los pasillos de la mansión,  acaso, solo quería acostarse con ella y luego ¿Dejarla botada? Al parecer era eso y ella ilusa pensando haber encontrado alguien que de verdad la amara.

Con lágrimas en los ojos y el corazón hecho trizas tomó su pequeña maleta y su bolso para irse,  dio una última mirada y la gran puerta se cerró junto a su corazón,  la lluvia empezó a abrazarla con un fuerte viento que la hizo tiritar del frío de esa tarde de otoño en ese mes de Noviembre.

"Será difícil olvidar a alguien con quien te imaginaste un por siempre"

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo