El destino te pone en el camino a tu mate, pero solo tú puedes reconocerlo y amarlo
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Cristal:
Mientras caminaba junto a Natalia, no podía evitar sentir el olor a mi mate. Era un aroma dulce y amaderado, que me hacía sentir mariposas en el estómago. Pero cuando miraba a los lados, no había nada más que solo árboles y el sonido de los pájaros.
Llegamos a mi casa y Natalia se despidió de mí con un beso en la mejilla.
Entré a mi habitación y el olor a mi mate seguía. Pero nada me parecía raro. Tal vez era solo mi imaginación, o algún perfume que había usado alguien. Me tiré en la cama. Lo único que quería era relajarme y leer un libro.
Busqué un libro en mi cajón. Era uno de romance que se llamaba "El alfa y la omega". Era una historia de amor entre una loba omega y su mate alfa, que se enfrentaban a muchos peligros y enemigos. Me gustaba leer ese tipo de libros, me hacían soñar con mi propio mate. Dejé el libro en la cama y me metí a la ducha.
Me limpié bien, aplicándome