Capítulo 7
Narrador omnisciente.
Problemas.
Dolor.
Desconcierto.
Incertidumbre.
Esas son las palabras que definen la vida de Agnes Abigail. Eso es lo que le ha tocado vivir siempre: rodeada de problemas, sumida en el dolor, perdida en el desconcierto y hoy, más que nunca, atrapada por la incertidumbre. No sabía qué hacer. No sabía por dónde empezar.
Cuando despertó, el tiempo parecía haberse detenido. Estaba desorientada, los recuerdos se apoderaron de ella de manera brutal, como un huracán que arrasó con su cordura. El miedo se instaló en su pecho, haciéndole imposible respirar con tranquilidad.
Golpeó la puerta con desesperación, llamando con todas sus fuerzas, pero nadie respondió. Lloró con una intensidad que jamás había experimentado, como si se le estuviera escapando la vida. Su mente no podía dejar de pensar en su hermano, en la única persona que siempre estuvo a su lado, la que la cuidó cuando todo el mundo le dio la espalda.
En su desesperación, Agnes tiró una silla, gol