Cuando llegó al despacho se dio cuenta que Jorge Russo estaba ahí, ocultó su sorpresa mientras su mirada se volvía aguda y saludaba con cortesía.
- Abogada – resopló Jorge Russo, sin importarle siguiera saber el nombre de la mujer - se le contrató para un trabajo, ¡Mejor sea que se ponga en el!
- Estamos trabajando señor Russo – dijo Aura intentando mantener la compostura ante la hostilidad del hombre.
- No lo parece – continuó enojado, mientras la miraba fijamente como si le hiciera un desafío – si fuera así, hubiera algún avance, van más de 2 semanas y aún no sabe cómo lo defendería.
- No se preocupe usted por eso, yo sé en lo que estoy &ndas