Capítulo 02 “La nueva presidenta”

Brent no había logrado pegar un ojo en toda la noche tras recordar la presencia de Sally, no se explicaba cómo era posible que ella estuviera viva luego de aquel terrible accidente, aunque de cierta forma su cuerpo nunca estuvo presente, buscaron por tres años con las esperanzas de encontrarla viva, pero un día se agotaron las esperanzas y la dieron por muerta.

Él no quiso mencionarle a Carlota la aparición de su hermana para evitar un escándalo y que ella en medio de su histeria volviera a atentar en contra de Sally, ahora que estaba de vuelta pretendía buscarla para hablarle y pedirle perdón por las decisiones del pasado que tomó sin antes pensar. Recordó en ese instante las palabras que Sally le dijo aquel día antes de dejarla, y era que él iba a buscarla arrepentido y ella lo iba a rechazar, pero eso no iba a impedirle a Brent querer intentar recuperarla.

Muy tarde él se dio cuenta de su amor por ella, de que en realidad Sally era la mujer que lo sabía valorar y representar.

Brent entró en su oficina donde se encontró con Goldon atacado porque la reunión se llevaría en media hora y Brent estaba perdiendo aliados, si la mayoría votaba en contra de él, perdería su cargo en la compañía, un cargo que perduró en su familia por muchas décadas.

—Esto se está saliendo de control, ¡Sally está viva! —Expresó Goldon—. Y lo peor no es eso, Brent, la mayoría al parecer la quiere apoyar a ella para tomar tu cargo. Debes hacer algo o lo perderás todo. —Brent dejó su portafolio sobre el escritorio y ajustó su traje para luego coger unos documentos y llevarlo consigo a la reunión—. Brent, estoy hablando contigo.

—No tengo cabeza en este momento, Goldon. Su aparición me tiene… con la piel erizada, estoy aterrado porque siento que vi anoche un fantasma.

—Pues ella no era un fantasma, era Sally, tu esposa, o exesposa o difunta esposa, que sé yo. Ya no sé ni que son ahora. —Goldon dio vueltas en círculos.

—Me pones nervioso con tus actitudes, te necesito concentrado en este momento. Mi cargo como presidente de la compañía corre grandes riesgos y no puedo dejar que el regreso de Sally me desconcentre, tengo que pelear por mi puesto y no dejar que ella me lo quité. Ha vuelto para vengarse de mí y quitarme todo.

—¿Cómo que para vengarse de ti? No le has hecho nada. ¿O lo dices porque estás casado con Carlota, su hermana? —no entendió por qué Brent aseguró que ella regresó por venganza.

—Olvídalo, vayamos a la reunión. Necesito que todos entiendan que yo soy el único capaz de dirigir la compañía. —espetó con seguridad y salió seguido por Goldon a la sala donde se llevaría a cabo la reunión.

Todos guardaron silencio al momento de que Brent entro en la sala, allí su mirada se centró en Sally quien mantuvo en todo instante su ceja enarcada y una sonrisa triunfante, era como si daba por hecho su cargo en las industrias Loughty.

—Señores, Buenos días. —dijo él al sentarse en su comida silla.

—Creo que no será necesario decir el tema de esta reunión cuando todos los sabemos. —Roger comenzó la charla.

—No sé por qué de un momento a otro a ti te dio por causar revuelo en mi compañía y tomarte el derecho de considerar que merece a otro director, cuando de cierta forma no lo necesita. He dirigido la compañía por muchos años y el trabajo que he hecho y mi esfuerzo en este lugar ha sido constante y satisfactorio para todos. Me siento traicionado por la gente que consideré de confianza. —se defendió sin dejar de mirar a Sally.

—Hace mucho que la compañía no venía resultados tan espléndidos como hoy en día, y eso se lo debemos a Sally. —otro accionista dio su opinión.

—¿A Sally? Les recuerdo que ella jamás estuvo presente.

—Pero mi sucesor si, y las ideas que él aportaba provenían de mí. —ella respondió.

—Sally sería la candidata perfecta para tomar el cargo. —Roger insistió.

—¿Perfecta? No puede ser perfecta cuando apenas lleva pocos minutos sentada allí junto a nosotros. No sé por qué razón ella está aquí presente cuando debería de ser Bruce. No pueden apoyar a una recién llegada, alguien que no conocemos. —Brent estaba molesto.

—Muchos la conocemos, Brent. —guardó silencio.

—Todos sabemos que desde el momento en que Bruce formó parte de la compañía nos ha ido mejor, y siempre nos informó que sus ideas provenían de su mujer, él le cedió sus acciones a Sally y ahora pienso que no podemos dejar pasar la oportunidad de entregar la dirección a ella. Sus ideas nos han ayudado mucho, su proyecto fue todo un éxito, y desde que sus ideas llegaron a nosotros hemos tenido maravillosos resultados, los cuales no podemos pasar por debajo de la mesa. Allí tienen una carpeta con los planes que tiene para compañía y hacerla crecer, en mi caso digo que es magnífico y no podemos desaprovechar tan semejante inteligencia y eficiencia. Sally es la candidata indicada para tomar el puesto de Brent, y muchos de ustedes son consiente de que tengo toda la razón. —Brent tensó su mandíbula y miró con desprecio a Roger por causar este desastre, su cargo estaba en juego y no quería perderlo, pero tampoco sabía cómo actuar ante este problema.

—¿No tienes nada que decir, Brent? —inquirió otro socio.

—Sí, y debo decir que es una completa locura lo que pretenden hacer. No pueden confiarse solo porque ofrece buenas ideas. Admito que desde la llegada de Bruce hemos tenido grandes resultados, y que los números se han elevado, pero eso no garantiza el futuro de la compañía. No es solo implantar ideas, es saber cómo ejecutarlas, como tener control de una inmensa compañía que cuenta con cientos y cientos de empleados, de tomar decisiones que no pongan en riesgo el trabajo y la dedicación de cada uno, de saber liderar, gobernar y mantener el orden. Eso ella quizás no lo tenga presente, nunca en su vida ha tenido tanto control de algo tan grande como lo es esto, y en mi opinión y defensa debo decir que es absurdo el siquiera pensar que alguien puede suplantarme. —contempló a Sally quien se colocó de pies.

—Es cierto lo que dice, pero solo una parte. Si me dan la oportunidad no los voy a decepcionar, les puedo asegurar que conmigo la compañía nunca tendrá fallas, siempre les ofreceré buenos resultados. No discutiré por un cambio de directivo, no le exigiré ni me molestaré en convencerlos. Ustedes son los que tienen la decisión y los que han visto y vivido en esta compañía bajo el mando de Brent Loughty. El futuro de esta maravillosa Industria, queda en sus manos. —volvió a tomar asiento. Goldon negó porque era un hecho, Roger estaba ganando.

—Bien señores, es momento de decidir, los que estén a favor de Sally, levantar sus manos. —Brent trago grueso al mirar que la gran mayoría voto a favor de ella, tanto fue su impotencia que se levantó de su asiento y golpeó sobre la mesa.

—¡No, no pueden tomar esa decisión así! —se negó a perder.

—Es momento de hacer cambios, Brent, lo sentimos, pero ya no te queremos cómo director, confiamos en Sally. —no podía hacer nada si todos decidían por ella. Bajó la mirada, derrotado y perdido.

Sally había ganado, había ganado el cargo de la presidencia y Brent no pudo evitarlo.

Así daba ella inicio a su venganza, apenas estaba comenzando con sus planes, y el tener la directiva de la compañía era un amplio logro, el cual saboreaba y disfrutaba.

Mañana se haría oficial la noticia en toda la compañía, eso iba a ser humillante para Brent, venir a trabajar y tomar otro puesto de menor rango al que no está acostumbrado. No toleraba la idea de ser gobernado, de ser dirigido por otra persona cuya mujer había sido su esposa.

Los accionistas se retiraron dejándolos solos, Brent se sentó desanimado y con la moral por el suelo, ella caminó en su dirección y se sentó sobre la mesa a un lado de él con su pierna cruzada y la sonrisa en su rostro.

—Nunca debiste hacerme daño, Brent. Te amaba, te admiraba y te valoraba, pero tú caíste en los encantos de mi hermana y la convertiste en tu amante, y ahora los dos van a saber lo que es sufrir en realidad, y lo que se siente que te quiten todo. —él elevó su vista.

—Lo siento mucho, Sally, te juro que vivo arrepentido. —ella acarició la mejilla de Brent.

—Me da gusto que vivas arrepentido, y que sufras de tu error. Esto apenas inicia, querido, voy a robarles todo, así como ustedes me robaron todo a mí aquel día. Intentaron hacerme pasar por loca, dejaste que un hombre me tomará sin mi consentimiento, y lo peor… Me intentaron asesinar.

—No moriste.

—No, pero mi hijo, nuestro hijo, Brent, no corrió con la misma suerte. Tú y Carlota mataron a ese bebé que estaba creciendo dentro de mí, mataste a tu propio hijo. —Brent abrió sus ojos ante aquella noticia.

Sally bajó de la mesa para tomar su bolso y salir de allí con el alma desgarrada por recordar la pérdida de su bebé, aun así, no derramó ni una lágrima, no cuando su corazón estaba envuelto por la ira y la sed de venganza.

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