-Craig—gimió Marcus.-Hazlo otra vez—suplicó Craig—Dilo. Di mi nombre.-Craig, no pares.
El cuerpo de Marcus se estremeció ante el tacto de Craig, su cuerpo delgado y frágil se sentía tan bien bajo su cuerpo fornido. Sus labios rojos estaba hinchados por tantos besos y de sus ojos brotaban lágrimas de placer.
Pero algo estaba mal. Aunque Craig se sentía perdido entre el placer y la lujuria algo lo inquietaba.
Un sonido.
Alguien o algo hacia ruido cerca de su habitación y arruinaba su atmosfera caliente, hasta que llegó a un punto de no poder soportarlo más. Abrió sus ojos y se encontró solo en su cama y con un enorme problema en su entrepierna.
Otra vez había soñado con Marcus.
Otra vez fantaseaba con tenerlo.Otra vez ansiaba hacerlo suyo.¿Qué demonios le pasaba? Él no era as